Parasitada
- Bibiana Monje
- 28 mar 2021
- 1 Min. de lectura

Acabo de verlo,
el símbolo,
la imagen de que fui parasitada,
absolutamente invadida por aquellas mujeres
en nombre del amor.
Mi espacio vital fue colonizado por completo,
apenas me quedaba espacio para respirar.
Mi existencia fue un grave problema.
Una locura.
Un peso casi insoportable para el alma de aquellas Diosas.
Mis días estaban a expensas de sus mandatos,
de sus necesidades emocionales,
de sus impulsos y desequilibrios.
Estaba parasitada de los deseos y necesidades
de unas mujeres que estaban fuera de sí,
para habitarse dentro de mi.
"No quiero que mi existencia tenga consecuencias", sentía.
"No puedo quitármelas de encima porque son mi alimento"... Puta paradoja.
Me hubiera muerto,
literalmente
si las hubiera vomitado a todas.
Necesito aire,
libertad,
necesito espacio,
lo mío por derecho,
a mi forma, a mi tiempo,
necesito un aire que no proceda de sus bocas.
No es fácil desparasitarse de buenas intenciones,
de pechos carnosos y caricias amazónicas.
No es fácil,
pero no puedo vivir ni un segundo más bajo el yugo de los arrebatos,
del dolor de sus golpes,
del veneno de sus tetas...
Prefiero morir sola, a la interperie,
con los ojos vueltos al cielo
que aplastada por el torpe amor.
Comentarios